El mundo se ha visto obligado recientemente a adoptar un nuevo modelo de trabajo: el trabajo inteligente. Aunque este modelo no es totalmente nuevo, ha obligado a las organizaciones a cambiar la forma en que ven su entorno de trabajo, desde la colaboración en equipo hasta la comunicación y la seguridad informática. Para poder adoptar plenamente el modelo de trabajo inteligente, primero debemos entender qué es y qué no es.
Una definición académica de trabajo inteligente es “un nuevo modelo de trabajo que utiliza nuevas tecnologías y desarrolla las ya existentes para mejorar el rendimiento y la satisfacción laboral de los empleados“.
El trabajo inteligente no es trabajar uno o dos días a la semana y no es simplemente trabajar desde casa.
Si bien los profesionales individuales (autónomos, consultores individuales, contratistas, etc.) siempre han tenido la posibilidad de trabajar a distancia y de forma flexible, esto es nuevo para las grandes organizaciones. Además, esto aporta un grado de complejidad a la estructura y a los flujos de trabajo de una organización. El concepto de trabajo inteligente se refiere a las organizaciones y no a los profesionales individuales.
La implementación del trabajo inteligente en una organización implica un proceso de cambio dirigido a potenciar al trabajador individual y a aumentar su compromiso con la consecución de los objetivos de la empresa, garantizando al mismo tiempo las condiciones adecuadas para conciliar la vida profesional y la vida personal.
De esta manera, el trabajador está:
Este nuevo enfoque coloca a la persona en el centro de la organización, convergiendo los objetivos personales y profesionales con los corporativos, de manera que se garantice una mayor productividad corporativa.
El trabajo inteligente tiene como objetivo potenciar al trabajador individual, haciendo que sea el dueño del trabajo, consciente de los resultados que deben alcanzarse y de la necesidad de trabajar en equipo, pero logrando también que sea autónomo en la definición de los métodos y el calendario de realización de las actividades.
Cuando se implementa correctamente, el trabajo inteligente puede aumentar drásticamente la productividad de la empresa. Sin embargo, es necesario afrontar cambios específicos, no sólo técnicos-organizativos, sino también culturales.
Para dar apoyo a las empresas que se enfrentan a este desafío, Syneto ha creado un libro blanco sobre este tema, titulado “El reto del trabajo inteligente en la época de la COVID-19“, dirigido a sus socios estratégicos y que se puede descargar gratis de nuestro sitio web.
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