El verdadero costo del ransomware no es el rescate.
La importancia de la inversión para prevenirla.
Introducción
En los últimos años, el ransomware ha surgido como una de las ciberamenazas más destructivas para las empresas de todo el mundo. Aunque muchas organizaciones creen que el pago del rescate es el principal coste, la verdad es bien distinta. De hecho, las consecuencias de un ataque de ransomware pueden ser mucho más graves y costosas.
Tiempo de inactividad
Una de las partidas más significativas del coste es el tiempo de inactividad, es decir, el tiempo durante el cual los sistemas corporativos permanecen inaccesibles.
Gartner estima que el coste medio del tiempo de inactividad de una empresa afectada por ransomware es de unos 300.000 dólares por hora. Esta interrupción de las operaciones puede provocar importantes pérdidas de ingresos. Elegir soluciones tecnológicas que garanticen un rápido reinicio es crucial. Dado el daño que supone el robo de datos, es sin duda prioritario garantizar que los datos estén disponibles lo antes posible, permitiendo que los departamentos de la empresa se reinicien.
Sanciones del GDPR y daños a la reputación
Además de los costes directos, las empresas afectadas por el ransomware pueden enfrentarse a sanciones por infringir el GDPR. Estas sanciones pueden ascender hasta 2% de la facturación anual mundial de la empresa o 10 millones de euros, lo que sea mayor. Además, un ataque de ransomware puede causar un daño significativo a la reputación corporativa. Un estudio realizado por Forbes Insights descubrió que 46% de las empresas que sufren una brecha de ciberseguridad experimentan una pérdida significativa de su valor de marca y reputación.
El coste de la prevención
Invierta en medidas preventivas. Es crucial reducir el riesgo y el impacto de un ataque. Las estrategias de recuperación eficaces son cruciales para garantizar que los datos puedan recuperarse rápidamente. El tiempo de inactividad, las sanciones, el daño a la reputación de la marca y otros daños colaterales suponen importantes pérdidas económicas para las empresas.
Invertir en soluciones de seguridad proactivas y estrategias de seguridad informática para gestionar mejor la cantidad de datos que se utilizan en la empresa es esencial para mitigar estos riesgos y proteger las operaciones comerciales a largo plazo.